Diatriba sin sal contra «Evento»
Mal empleada, la palabra evento puede convertirse en un virus mortal: elimina otras posibilidades de expresión más precisas que disponemos en el idioma español. Por ejemplo: ahora, ya no llamamos “conferencias” a aquellas disertaciones ante el público sobre un tema doctrinal; se llaman eventos.
Ya no acudimos a los “coloquios”, donde un determinado grupo de personas debate un problema “sin que necesariamente haya de recaer acuerdo”; asistimos a los eventos.
Los miembros de una asociación, cuerpo, organismo o profesión ya no se reúnen en un “congreso” “para debatir cuestiones previamente fijadas”; se reúnen en un evento.
Ya no se examinan y discuten los problemas en un “simposio”, sino en un evento. Ya no se llama “foro” a aquella reunión en que se debate asuntos de interés actual “ante un auditorio que a veces interviene en la discusión”; se llama evento. Ya no se organizan trabajos de investigación en los “seminarios”, sino en los eventos.
Prueba de lo dicho es que esta palabra aparece todos los días en cada uno de los periódicos de este país; se la oye y escucha también, a través de la radio y la televisión. Y en todos los casos siempre remite la noción de un acontecimiento organizado con anticipación.
“«Evento» en español (del latín eventus) significa, pues, un acontecimiento imprevisto, inseguro o un acaecimiento: algo que sobreviene sin estar programado, dejado al juego de los avatares”, explica el escritor y periodista Álex Grijelmo, en su libro “Defensa apasionada del idioma español”.
Pero es curioso que la última edición del diccionario de la Real Academia Española (2001) defina a evento, en primer lugar, como “un hecho imprevisto”. Luego, en su tercera acepción, explica que evento para Cuba, El Salvador, México, Perú, Uruguay y Venezuela significa “un suceso importante y programado, de índole social, académica, artística o deportivo”.
¿Qué ocurre, entonces, con evento en Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador, Colombia, Paraguay, República Dominicana, España, Puerto Rico, Panamá, Honduras, Guatemala, Costa Rica y Nicaragua? Es de suponer que en estos países no se aplica la segunda definición del diccionario.
En el caso boliviano, como en el resto de los otros países tampoco se cumple la excepción. Basta con mirar las páginas electrónicas de sus respectivos periódicos o echarle una mirada a sus diferentes canales de televisión para caer en la cuenta de que la norma de la RAE cae en saco roto. ¿Acaso significa este hecho una contradicción, o lo que es peor una ruptura dentro de nuestra lengua?
Si revisamos en la página de Internet de la RAE las correcciones hechas a la XXII edición del actual diccionario, notaremos que evento no ha sido modificada.
Peor aún. Al mismísimo Diccionario Panhispánico de dudas le queda muy claro qué significa esta palabra, pues no figura en él; lo cual hace suponer que los hispanohablantes asumen a evento como un hecho organizado.
El Diccionario Panhispánico de dudas fue publicado en 2005 por la RAE con el propósito de aclarar “lagunas” que todos los hispanohablantes tienen respecto al uso de ciertas palabras. Su aporte es invalorable.
Pero con la palabra evento se equivocó o la omitió.
Y esta supuesta falta obligaría a revisar también los significados de “eventual”, “eventualidad” y “eventualmente”, así como de sus respectivos sinónimos.
¿Cómo llamaríamos a una rueda de prensa improvisada? ¿Tendría ésta un carácter “eventual”?; ¿cómo nombraríamos, entonces, al trabajador de una empresa, cuyo nombre no consta en la planilla de sueldos mensuales, pero que sí presta sus servicios cada cierto tiempo?
Grijelmo, periodista especializado en el idioma español, sostiene la idea de que este tipo de errores del idioma nace por culpa del complejo de inferioridad que los hispanohablantes tenemos hacia el idioma inglés.
“Event”, en inglés, sí significa un hecho de índole organizado. Y tal parece que este complejo (o vaya a saberse qué) llegó también a las 21 academias de la lengua española, y éstas no encontraron problema alguno para aprobar a evento con dos significados opuestos.
No, no se trata de lanzar flechas envenenadas a los académicos de la lengua. En ellos cae la responsabilidad de normar el idioma. Los académicos son los encargados de recoger modismos y neologismos y someterlos a un examen exhaustivo. Y ese proceso se prolonga durante varios años. En los académicos de la lengua reside también la sabiduría de diferenciar el origen verdadero de las palabras. Pero por desgracia, las últimas entregas de la RAE más parecen diccionarios de uso que normativos.
Hay que añadir también que la masa hispanohablante se inclina a pronunciar evento en lugar de otras palabras, porque –tal vez– sigue la comodidad de una moda equivocada; lo cual refuerza la crítica de que el crecimiento y desarrollo de un idioma no debería guiarse por lo que está en boga, sino por la facilidad de su expresión; por la novedad de su precisión y por el buen juicio de su significado.
Según Grijelmo, la creación de palabras obedece a tres motivos: cuando el neologismo “llena un vacío o se gana en expresividad”; “por prestigio mal entendido” o “por ignorancia o incapacidad de dar con la palabra adecuada del español”.
No se cumple la primera condición con evento. El idioma, que es la permanente construcción democrática de un pueblo, nace y crece desde él, llega a los académicos y, por último, termina siempre donde comenzó.
Además, evento no puede presumir de neologismo, pues no ha llegado al baúl de palabras del idioma español en calidad de “nueva”; ya estaba dentro de él.
Siempre que llamamos evento a un hecho de carácter organizado, rompemos la unidad del idioma. No sólo afectamos su significado, sino también su raíz. Y aquí muchos periodistas, presentadores de noticias o de espectáculos de la radio y la televisión alimentan el error de expresión profesando hacia evento un amor desenfrenado, enloquecido y poco o nada crítico.
Si bien estos periodistas, presentadores de noticias o de espectáculos no son académicos o filólogos del idioma, su parte de responsabilidad (y de culpa) radica en que no asumen a las palabras como herramientas de trabajo.
Por todos estos motivos, evento se convierte dentro de las notas de prensa, en un virus mortal que anula muchas ideas, matando varios conceptos cuyo resultado pretende dejarnos sin ninguna posibilidad de expresión. Ése el legado que hoy transmitimos a las nuevas generaciones. Y el daño podría ser grave.
3 comentarios
agopayday -
A perfect gift for new homemakers, the
[url=http://www.bearybox.com/forum/index.php?action=profile;u=116311
Cup cuisinart food processor[/url]-[url=http://forum.picturecreation.fr/profile.php?id=16009
Cuisinart food processor 7[/url] has become an integral part of modern cooking, speeding up a multitude of processes, including kneading dough; slicing; chopping; shredding cheese, vegetables, and meat; mincing garlic and parsley; mixing batters; and emulsifying mayonnaise. Cuisinart's Custom [url=http://mysecreteden.com/forum/index.php?action=profile;u=75194
Cuisinart food processor[/url]-[url=http://www.doggoneknit.com/dogpark/memberlist.php?mode=viewprofile&u=37917
Cup cuisinart food processor[/url] comes with a 14-cup work bowl; five basic attachments for slicing, shredding, chopping, mixing, and kneading; and also features two feed-tube options, one big enough to handle a whole potato. This processor comes with a compact cover for use when the feed tube isn't needed and a pulse control that allows the desired degree of fineness when chopping and puréeing. Remove the detachable stem for compact storage of discs. All the parts are dishwasher-safe and the motor base wipes clean. In addition, a custom-contoured spatula, a recipe booklet, and a 30-minute video designed to familiarize the new owner with the care and use of the [url=http://actor.phost.ws/memberlist.php?mode=viewprofile&u=28555
Cuisinart food processor dlc[/url]-[url=http://v1.elektrozone.org/forums/profile.php?id=13577
Cuisinart food processor 7[/url] are included.
[url=http://www.itemsseenontv.com/Cuisinart-Food-Processor.html]Cup cuisinart food processor[/url]
Christian Louboutin cu -
Gextoocaroorb -
Stop paying for things you don't use. If you have not set foot in the gym since your New Year's resolution, ditch it. Cancel the subscriptions for magazines and papers you don't read. You can also raise your deductibles for home and auto insurance. Conservatively, that's $50 a month.